dimecres, 29 de juliol del 2009

Rinconete en tu retrete al Sensolla'09

Em va semblar genial el monòleg i les cançons d'aquest artista! Si el podeu anar a veure, no us el perdeu. Rinconete en tu retrete

A veces pienso que pienso demasiado. Lo veis, ya estoy pensando demasiado en que pienso demasiado. Otras veces pienso que pienso demasiadas cosas a la vez. Lo veis, por un lado pienso que pienso demasiado y por el otro que pienso demasiadas cosas a la vez. Lo cual demuestra que puedo pensar más de una cosa, al tiempo que pienso que pienso demasiado... supongo que esto me empezó a suceder el día en que empecé a pensar, pero por más que lo pienso no logro acordarme de aquel instante. Así pues, espero impaciente el día en que dejaré de pensar, por saber que se siente. Aunque de que me sirve dejar de pensar si no puedo ser consciente, es decir pensar, en que no pienso. Un buen día, hace unos años, pensando -como no-, llegué a la definitiva conclusión de que en mi vida cotidiana existía un instante en el que no pensaba en nada, el único momento en el que por mi cabeza no vacilaba ningún tormento: El momento del clímax sexual, es decir, cuando eyaculo. Tres segundos de placiente descanso cerebral. Fue entonces cuando, bajo esta reflexión, inventé y patenté a finales de los noventa el “DESCONTEXTUALIZADOR DE ORGASMOS”. Una rudimentaria máquina de bolsillo que sacaba los orgasmos de su contexto sexual. El “DESCONTEXTUALIZADOR DE ORGASMOS, conectado a la bolsa escrotal o a los ovarios (vía ombligo), proporcionaba al portador una satisfacción continua, sin necesidad de tocamientos, preámbulos o contactos ajenos. Podías correrte mientras comprabas, podías correrte mientras limpiabas, incluso podías correrte mientras te corrías elevando así al cuadrado tu potencial de corredumbre. Fundiendo tus sentidos en la súper-mamá de todas las corridas. Aunque debido a su compleja mecánica y su aparatoso funcionamiento, el aparato evolucionó en forma de una crema aplicable al cuerpo llamada “DERMO-ORGASMIL” (Solución cutánea para mentes atormentadas) En este océano de euforia inventiva hasta ideé una sintonía pegadiza para que el producto calara más en la estúpida masa social. Si piensas demasiado, y eso no te hace feliz: DERMO-ORGASMIL. Además pensaba terminar con las injusticias del mundo. Con este producto quien necesitaría invadir países, controlar la bolsa, saquear el petroleo o sacar a los ancianos de sus pisos... Sería el principio de una nueva era. Sin embargo, antes de experimentar con mi cuerpo cometí el fatal error de pensar demasiado y cegado por mi irrevocable condición de humano, sumiso y frágil ante el ansia de poder, me aventuré a imaginarme como soberano y caudillo de un mundo de gente sumergida en el consumo del orgasmo. Entes no pensantes sucumbiendo ante el placer banal mientras yo haría y desharía a mi antojo. Por desgracia pensar me ocupaba tanto tiempo, que me olvidé de trabajar y gasté los pocos ahorros que tenía en pagar la patente del producto, y sin poder financiar su fabricación en serie, me quedé con una sola muestra que desgraciadamente fue devorada por mi gato en un desafortunado descuido. Así terminé como había empezado: pensando demasiado en que ahora era demasiado pobre y limpiando corridas de un felino jubiloso. Ahora hago canciones.